Cuando hablamos de la cirugía palpebral láser nos referimos al procedimiento quirúrgico en el que se reducen las bolsas bajo nuestros ojos. Este es uno de los signos de envejecimiento con más presencia en aquellas personas que superan la cuarta década de edad. Poco a poco se va haciendo más llamativo hasta alterar el pliegue palpebral. Este no es solo un problema estético, sino que, al descolgarse la piel, puede alcanzar las pestañas. Esto, por tanto, implica una sensación de cansancio o pesadez tras una jornada de trabajo o la lectura. Esta patología viene acompañada por la presencia de bolsas de grasa que, por ley de gravedad, hacen que la piel penda y se estire.
Habitualmente, el procedimiento para recortar esos fragmentos de piel colgantes bajo el ojo se llama blefaroplastia. En esta intervención se procede a recortar el fragmento excedente y suturar nuevamente hasta dar la forma natural de esta zona. Sin embargo, y gracias a los aportes que nos brinda la tecnología láser, este procedimiento se ha facilitado grandiosamente. En estos momentos existe la opción de reducir estos incómodos colgajos de piel mediante su reducción. Se trata de un láser que realiza una resección de la piel excedente que funciona por el aprovechamiento del CO2.
La efectividad del láser
La extirpación que se realizará es tanto limpia como efectiva, así se elimina el sangrado y esas bolsas de grasa se podrán minimizar evitando el hematoma postoperatorio. Los resultados que la blefaroplastía láser ofrece permite también rejuvenecer los tejidos circundantes a los ojos. Así se podrá alisar la piel y devolverle luminosidad.
Otro beneficio del procedimiento es que no implica la salida de sangre. Este láser de CO2 empleado, genera una ablación cutánea dejando una diminuta y discreta cicatriz. Para aquellas personas que buscan un resultado rápido, eficaz e imperceptible, el método por láser toma bastante prestancia.
Además de poder recortar los excesos de tejido, este método ofrece otras posibilidades para mejorar la zona de la mirada. Permite eliminar aquellas incómodas y antiestéticas arrugas estáticas, incluso esas que se originan por el movimiento de los músculos oculares.
Los resultados a futuro
Para los pacientes que deciden someterse a esta práctica, además, hay un mantenimiento satisfactorio. Es decir, los resultados se pueden mantener a largo plazo. Gracias al tratamiento mediante láser no reaparecerá el exceso de piel por la reversión del tejido.
El láser de CO2 proporciona una tensión del tejido en la zona periocular. Esto renovará esa firmeza y devolverá el aspecto juvenil.
Una de las razones por las que los pacientes buscan más este tratamiento es por la naturalidad en la corrección. Esto evita la apariencia dicatrizal de la ceja que se originaría por la apertura en incisión del músculo orbicular.
El tratamiento no es únicamente para el párpado superior, aunque la mayoría de los casos si giran en torno a esto. También puede aplicarse a los inferiores que sean laxos o con miopía severa.
La importancia que ha adquirido en el tratamiento médico
Otra razón por la que ha ganado gran espacio en el mercado estético de la mirada es por la rapidez de recuperación. Mientras que en el caso de una cirugía palpebral común habría que esperar a la cicatrización por sutura; en este caso, luego de 6 días aproximadamente, el párpado volverá a la normalidad.
Siempre que un paciente decide someterse a una intervención quirúrgica prefiere evitar las complicaciones futuras. Es por esto que la cirugía láser se posiciona con interés. La reducción – o eliminación en la mayoría de los casos — del sangrado, genera una gran optimización de los resultados. El riesgo de una mala cicatrización se reduce notablemente y también se reduce el riesgo de daños en la piel y en sus músculos.
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